Entre todas las invitaciones al miedo que cada jornada nos lanza, entre los desconocidos y los próximos, filtrándose entre los barrotes de quienes no salen de su propia prisión, entre guiños, reflejos y deslumbres encuentro cada día caras llenas de optimismo, gestos llenos de esperanza, de complicidad, de expectativa, de vamos allá. Ahora que un espíritu tenebroso parece a punto de arrojar su negro manto sobre las ruinas de un mundo carente de toda luz, veo nacer y extenderse un secreto júbilo, la certeza de días más libres y cielos más limpios, y así sé (he sabido y sé) que nos sobrepondremos.
Cuando nos cruzamos por la calle, o nos reunimos en torno a ciertas músicas, a cierta fiesta, cuando nos cogemos de las manos y somos conscientes de nuestra fuerza, cuando compartimos un instante, una rabia, una lucha, los esperanzados nos reconocemos y sabemos que nos correspondemos y que así nos sobrepondremos.
Nos sobrepondremos más allá de nuestra propia sorpresa, conscientes de nuestro límite, luminosos, seguros de lo porvenir. Unidas, y fieras, y tiernas, y hermanos por fin.
Nos sobrepondremos porque tienen razón quienes dicen que ninguna mentira vive eternamente, quienes saben que cada cual recogerá lo que siembre. Nos sobrepondremos porque nos empuja la fortaleza en los corazones de quienes luchan por causas comunes y justas.
Porque los monstruos milenarios ya no asustan. Porque las marionetas tendrán que pagar sus cuentas. Porque a los tiranos se les caen las caretas a pedazos.
Nos sobrepondremos a pesar de sus cárceles y a través de ellas, de su policía, su vigilancia y su violencia; la de quienes acumulan y disponen de lo que no es suyo.
Nos sobrepondremos a la necedad y la ignorancia que el poderoso cultiva para vender al que nada tiene. Nos sobrepondremos a la impotencia y a la injusticia, al daño causado, a la confusión y al odio.
Nos sobrepondremos al pinche gobierno de las finanzas, al lóbrego disfraz de los secuaces del terror, a los que hacen los bálsamos del miedo con fórmula magistral. Nos sobrepondremos a las amenazas, al cuento maya del fin del mundo, al cuento chino del trabaja y calla, al cuento tonto del tanto tienes. Nos sobrepondremos y nos sacudiremos el polvo de estas miserias.
Para ser libres nos sobrepondremos.
Para estar juntas nos sobrepondremos.
Para compartir el pan, la vida, el esfuerzo y el fruto.
Para ser y estar, por fin, al mismo tiempo.
¡Nos sobrepondremos!
Por eso os digo ‘no desfallezcáis!’, ‘no flaqueéis’, ‘no os rindáis’. Mantengamos la fe en nuestros corazones porque este mundo nuestro se salvará. Y cruzaremos pronto y de la mano el umbral que separa la indignación de la dignidad, y habitaremos por fin en la justa causa, en la deslumbrante casa de lo humano.
Nos sobrepondremos. Daniel Rabanaque – Sobre un discurso de Martin Luther King (We shall overcome, 17jun66). Creative commons: utiliza, copia, comparte y difunde libremente.
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