Filed under: cómo llegué a..., coserle su zombra a donnaide, Días follables..., espejo y sombra, ser Aquaria ben Laden, tin sítulo, todas las palabras saben dar vueltas
El espejo y la sombra se pelean como perros.
El reflejo, tan real, tan repetido, tan yo mismo, no soporta esta silueta que se cose a mis talones.
La silueta, por su parte, con pegarse a las paredes se contenta, y con no soltar la presa.
Uno y otra me acompañan dando gritos. Uno y otra se reparten los espacios y se cruzan puñaladas en los vidrios, contra el muro, a mi espalda y frente a mí.
Esta batalla rabiosa librada en los escaparates, bajo los focos desesperados de la luz eléctrica, en el ámbito de cruce de estas dos realidades que jamás han aprendido a convivir, me tiene pequeño, asustado, cachorro; me hace de estopa, peluche, relleno perdido.
He ensayado librar a mi sombra de su servidumbre, a tijera, a dentellada; he intentado cubrir los espejos con tizne. He querido dar volumen a uno y otra, darles cuerpo, darles vida que los mate. Pero todo este destrozo, toda herida, toda sangre que se pierde en la pelea (ahora que no tengo fuerzas lo sé), toda esta sangre, toda esta sangre en el suelo del baño, toda es mía.
«Días follables para sociedades ágrafas» es el nombre con el que archivé los textos publicados en el blog de don nadie en myspace, mi primera cita con un blog, glops! Para ver lo anterior, sígame por aquí. El título está prestado de otro trabajillo. La serie original se acababa con este texto ya publicado en el blog. Esta vez, lo dejaremos aquí.
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También hay quien recibe la vida cerrando los dientes, y quien recibe un beso con los labios apretados. Hay quien se revuelve si es tocado por un gesto que no conoce, por una caricia sincera, por una luz cálida, súbita. Hay quien no vibra, quien no acepta, quien no vive.
Estos donnadies pelados de frío en el alma, aquellos que muestran los dientes a la ternura, quienes devuelven gruñido por saludo, paliza por invitación, odio por cariño, aquellos a quienes vemos apretar las mandíbulas para sentirse vivos, estos témpanos emocionales nos llevan terreno ganado, y minan el campo tras ellos y levantan vallas y excavan trincheras y corren cerrojos, se tragan la llave y pasan pestillos por dentro. Pero es nuestro convencimiento íntimo, nuestro credo diario, nuestra vocación imbécil, que cada mirada que les dedicamos, cada frase que les dirigimos, cada intento de aproximación, va rompiendo sus moldes, haciendo palidecer su palidez, matando su muerte.
«Días follables para sociedades ágrafas» es el nombre con el que archivé los textos publicados en el blog de don nadie en myspace, mi primera cita con un blog, glops! Tirando del hilo hay más cuerda.
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En estos días descomunales, confusos y ateridos, en los que apenas queda tiempo para mirar más allá de la propia desorientación, en los que apenas quedan fuerzas para extrañar la mirada hacia los otros, hallo estas citas (muy poco) casuales encontradas sin querer, marcadas en libros olvidados por alguien que dejó miguitas de pan:
«Nadie, sin alas, tiene el poder para captar lo que está cerca». Hôlderlin.
«Quédate junto a mí», dice el mal amor. «Ve, dice el buen amor, ve, ve, ve: es por fidelidad a la fuente por lo que el arroyo se aleja de ella y se convierte en afluente, en río, en océano, en sal, en azul, en canto.» Bobin.
«Días follables para sociedades ágrafas» es el nombre con el que archivé los textos publicados en el blog de don nadie en myspace, mi primera cita con un blog, glops! Más de lo mismo, por aquí, por favor. Enlazo a otra cita de Bobin en este blog
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La lucha del donnadie con la máquina es la lucha de un enano de puntillas, tratar de apuntar con un arma a un fabricante de balas. El café, por lo pronto, lo compra molido, o prefiere tomarlo en el bar.
«Días follables para sociedades ágrafas» es el nombre con el que archivé los textos publicados en el blog de don nadie en myspace, mi primera cita con un blog, glops! Más café en la entrada anterior sobre el mismo tema.
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Delante d un café ya frío, hemos sentido que no éramos nosotros los que giraban la cucharilla: no que hayamos encontrado una lanzadera a la experiencia mística, más bien que el reflejo sobre el pozo oscuro y la alpaca ha dejado de corresponder a una lógica bidimensional.
Luego las cosas se han ordenado a su manera y nuestra frágil existencia de mortales se ha tapado bajo las mantas hasta la cabeza
Días follables para sociedades ágrafas, mundosuperficial: nos esforzamos por no salir demasiado de nuestros propios límites, llamamos realidad al contenido de los cajones y amor al aficionarse por las cosas detenidas, pero se nos enfría el café. Miramos para otro lado y comprobamos con la punta de los dedos, con el extremo más afilado de la lengua, la vulnerabilidad de las láminas. Disimulamos, tratamos de seguir tranquilos otro mes más, nos engañamos, falseamos nuestras trampas para no caer nosotros mismos en el pliegue de la herida.
Mientras no haya voces que disientan de este ejercicio de cinismo mundosuperficial, mientras buscamos el sitio en el que nos estamos esperando, (cucharillas que remueven) café amargo y melancolía que nos tengan despiertos.
«Días follables para sociedades ágrafas» es el nombre con el que archivé los textos publicados en el blog de don nadie en myspace, mi primera cita con un blog, glops! El final de este texto incluye una cita de Manuel Rivas, bastante deformada. La entrada anterior del mismo tema, ahí mismo.
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Pálido, lívido, sudado
En la lentitud del río, las horas como un puente, la horas de sol como un puente en la trampa del aire y la piel. Pálido, lívido, sudado, un tachón sobre alquitrán que detuviese el reloj de los puentes. Así los cuerpos sobre las horas, así los cuerpos sin aire en el centro de la trampa, desgarrando la cortina sobre el puente sudado, lívido. Así los cuerpos desnudos junto al río que te lleva sin cauce, estirados y fríos, clamando abrigo, clamando un cuerpo, clamando por la voz que los ahoga, por la orilla que los gana, sin cauce, y los va dejando atrás.
Así tu cuerpo como un puente para los que claman, en el sol de sus horas, como un reloj detenido.
«Días follables para sociedades ágrafas» es el nombre con el que archivé los textos publicados en el blog de don nadie en myspace, mi primera cita con un blog, glops!