Aquaria ben Laden


Una fábula posmoderna

Adaptación bastante canalla y resumida de «Una fábula posmoderna», de J.F. Lyotard.

Una fábula posmoderna o el cuento del progreso…

Todo empezó así: en la inmensidad del Cosmos, las partículas de energía comenzaron a agruparse, formando galaxias, estrellas, cuya vida es limitada por su propia consunción. Es la entropía, el proceso por el cual la energía, en su búsqueda de equilibrio, retorna a su estado más probable: el caos.
En una ínfima parte del inmenso Cosmos, dentro de un ínfimo sistema llamado la Vía Láctea, entre miles de millones de estrellas que se apagaban, había una que se llamaba Sol. Ha llegado a la mitad de su existencia cuando esta fábula se cuenta: tiene por delante unos 4.500 millones de años.

Entre los planetas del sistema Sol, estaba la Tierra. Y sucedió algo inesperado, algo improbable, una combinación altamente rara por la cual las moléculas se sintetizaron en células. Dadas unas características muy particulares, irrepetibles, un sistema de orden mineral dio lugar a un sistema de orden superior, vegetal, las primeras algas, que ya no consumían su propia energía, sino que la podían obtener del exterior. ¿Qué es esto? Un proceso contrario a la entropía había ocurrido en el Universo..

Lo que sigue es marca Darwin. Gracias a la aparición de la reproducción sexual, las mutaciones se aceleraron, y una vez que las células poseyeron un metabolismo que necesitó de energía exterior, y una vez que esta energía estaba limitada, los sistemas entraron en conflicto. De manera mecánica, sin mayor finalidad en el proceso (como para todo este proceso), los más aptos sobrevivieron a los menos, los más rápidos, los más altos, los más fuertes. De manera natural, una selección se produjo, mecánicamente, no hay moralidad posible. Ya sabemos a qué atenernos.

Es así que tras un tiempo (mínimo para el reloj del Cosmos), el sistema hombre, culmen de neguentropía, ya está seleccionado sobre la superficie de la Tierra. Un sistema azaroso y muy improbable, tanto como lo es que un pez viva fuera del agua, o que caiga un meteorito que se cargue al dinosaurio, o que un mono adopte la posición erguida, y después el taparrabos, y más tarde la armadura. Ya sabemos, que las manos se liberan, que se engorda la cabeza, que el lenguaje hace su entrada en este circo. Y así, la posibilidad de contar este cuento está servida. Además de permitir a un ser extremadamente débil servirse de diferentes prótesis para hacer frente al entorno, con un hacha o con telares a vapor.

El lenguaje permite también actuar sobre la organización social, levantar sistemas comunitarios, más o menos improbables, más o menos efectivos, más o menos controlables. Los sistemas favorecen nuevas fuentes de energía que descubren y se apropian. Se pretende controlar el exterior y el interior de manera que no falte la energía necesaria. No otra cosa se pretende.

Otro avance de saeta y los sistemas liberales democráticos se muestran como los más apropiados. Su flexibilidad permite maximizar la energía, multiplicar las técnicas, se llama progreso. Nada puede detenerlo, salvo el Sol que se le muere. Pero el sistema, global, libre y capitalista (el mejor de los mundos posibles, no hay duda) ya se ha puesto el desafío y ahora, cuando el cuento es contado, las técnicas preparan el exilio del producto neguentrópico, su adaptación a las fuentes de energía disponibles en el Cosmos: es así que el hombre dejará la Tierra, y su estructura de carbono. Qué será el hombre cuando deje su planeta, eso el cuento no lo cuenta.



Para humillación del hombre científico

..siguiendo en la línea de anteayer (porque mucho me interesa), la tecnociencia en la configuración de nuestro landscape moral, un par de frases de Albert Einstein encontradas en «Mi visión del mundo» (ed. Tusquets, EAN13: 9788472239197, PVP: 8,95€):

[El hombre científico] ha llegado a un punto en que acepta la esclavitud que se le ha impuesto, como un hecho inevitable. Incluso se rebaja a ayudar en el perfeccionamiento de los métodos y medios para la aniquilación de los hombres, cuando se lo ordenan.

El artículo completo, un par de páginas certeras, se encuentra en este .pdf (página 38). Los archivos de Albert Einstein pueden consultarse a través de internet en http://www.alberteinstein.info/database.html



Aplicaciones tecnocientíficas

El Estado, digámoslo así, el Estado jamás ha existido.
Es sólo un concepto mental que puede ser subvertido con esta frase tan simple.
Es una palabra.
Es una palabra.
Es una palabra tras la que se escudan.
Es una palabra tras la que se ocultan.
Es una palabra tras la que se esconden quienes cumplen el vergonzoso crimen de explotar a sus semejantes.

Tiranos, déspotas, delirantes enanos jugando a ser dios los ha habido siempre.
Las aplicaciones tecnocientíficas habilitadas por esta enorme farsa puesta en pie para sorbernos la energía,
las aplicaciones tecnocientíficas permiten que estos canallas ejerzan su poder a mayor distancia,
de manera más mediada,
lo que quiere decir que nunca les toca la sangre que engrasa la máquina de hacer papilla al género humano.  



Estado de emergencia huérfana

Tanto pensamiento único,
tanta propaganda descarada,
tanta esclavitud subliminal,…
Si esto es lo que nos arrebata
a la tendencia entrópica del Cosmos,
es de una tristeza universal. 

Tanto atracón de baratijas,
tanto pasteleo entre mangantes,
tanta democracia liberal.

Tanta religión de lo canalla,
tanta explotación globalizada,
tanto miedo y tanto asco visceral.

El poder principal del cuento del progreso es desligarnos de nuestra existencia, borrarnos los orígenes por una falsa promesa de inmortalidad.

Nuestras raíces están siendo volteadas por una mula mecánica, tozuda, inmoral, alimentada de sucedáneos.

Tanto pensamiento único,
tanta propaganda descarada,
tanta pirueta emocional,…
Si esto es lo que nos arrebata
a la tendencia entrópica del Cosmos,
es de una tristeza universal.

Tanto disfrutar sin tener ganas,
tanto difundir odio y violencia,
tanto pervertir la realidad.

Tanta recurrencia al terrorismo,
tanto amenazar con la misera,
tanta violación a la verdá.

Y esta es una fuente continua de malignidad, desnaturalizados quedamos, vacíos de pasado, condenados a la inclusa del futuro como única posibilidad de dar a la vida sentido.

Se nos lleva a un estado de emergencia huérfana por la tiranía del palo y la zanahoria de un bienestar seguro.

(pero qué bienestar perenne,
qué mármoles eternos,
qué trascendencia mecánica,
qué edén digital?) 

Revisión de este texto creado para Vendería mi billete interestelar, con don nadie y zombra.



Comprar y comprar vacíos

Yo los veo comprar y comprar,
pero siguen igual de vacíos,
por más prisa que se den
esas filas de muertos en vida que nunca se acaban,
del cine a la cola del súper.
Tal vez lo que el capitalismo nos impone
sea respuesta para una pregunta que no existe.
Tal vez lo que se llama progreso
sea sólo andar en círculos,
ahondar la grieta por la que nos colamos en esa agonía tan moderna
que sólo se acalla con televisión,
o marchando en manada a comprar al Ikea.

vale para esta entrada todo lo que ya dije para esta. Vamos, que lo soltaré en público dentro de un rato, como ya se anunciaba aquí, ayer.



Carne mortal

lógica
econometría y teoría monetaria
informática
física de conductores
astrofísica y astronaútica
biología y medicina
genética y dietética
teoría de catástrofes
teoría del caos
estrategia y balística
técnicas deportivas
teoría de sistemas
lingüística y literatura potencial

técnicas al servicio de la remodelación del hombre
en un pingajo, en un fantoche, en un pelele, en un moñaco,
con la excusa de llevarnos a la luna y fingiendo que un ángel se construye
a partir de pedazos de carne mortal
de nuestra propia carne mortal
tan mortal
tan mortal
mortalmente asustada

Texto a partir de una cita de J.F. Lyotard («Una fábula postmoderna») elaborado para este día (Matadero de Huesca, 24 de mayo de 2008, tres años ya), recital a medida para la invitación con el tema del futuro delante de las narices. Tengo el texto en revisión para lanzarlo a la calle el próximo sábado, en cita por darte.



¿y si en vez…

¿Y si en vez de saltar a las estrellas
viajamos hacia dentro hasta encontrarlas?

¿y si en vez de tomar al asalto el espacio exterior
dejamos que se oxiden los cohetes espaciales,
nos tragamos la avidez por conquistar y plantar una bandera,
descendemos la escalada de violencia
que supone tanta NASA, tanto SPUTNIK, tanto APOLO,
descargamos el cuerpo de componentes biónicos,
lo desnudamos de prótesis de largo alcance,
de controles remotos sobre lo que ha de venir,
devenimos incógnita de nuevo?

(incompleto)?

https://aquariablog.wordpress.com/2010/08/20/venderia-mi-billete-interestelar/



Sweet Jane

Algunas sustancias, naturales o sintéticas (y esto lo sabemos todos, no?), han servido para salvar al hombre de este tedio mortal, han servido -y perdonadme la burda expresión dicha mal y pronto (seguro que entendéis mejor de lo que me explico)- para liberar algunas zonas de conocimiento humano, para explorar retorcidos sarmientos de la propia consciencia.
¿Todavía no conoces el valor de la embriaguez? Legalízame, déjame firmar mi propio estatuto de autonomía para la piel, permíteme buscar las cosquillas, por donde yo quiera, a las verdades inamovibles que han rodeado la posibilidad humana de alambres de espino.

Este texto (junto a este otro publicado anteayer) forma parte de una versión muy personal del ‘Sweet Jane’ ejecutada junto a los Don nadie.

El estatuto de autonomía para la piel recuerda este texto, que no sé si será suyo pero que yo aprendí de Antonio Escohotado: De la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país.



emergencia huérfana
22 agosto, 2010, 9:21
Filed under: vendería mi billete interestelar

Tanto pensamiento único,
tanta propaganda descarada,
tanta esclavitud subliminal..
si esto es lo que nos arrebata
a la tendencia entrópica del Cosmos,
es de una tristeza universal.

El poder principal de este fraudulento cuento del progreso es desligarnos de nuestra propia existencia, borrarnos los orígenes a cambio de una falsa promesa de inmortalidad.

Nuestras raíces han sido volteadas al aire por una mula mecánica, tozuda, inmoral, alimentada de sucedáneos.

Esta es su fuente escondida de malignidad, desnaturalizarnos, dejarnos vacíos de pasado, confinados a la inclusa del futuro como única posibilidad de dar a la vida sentido.

Nos empujan a un estado de emergencia huérfana por la tiranía del palo del miedo y la zanahoria del bienestar seguro.



la colonización del espacio exterior
21 agosto, 2010, 8:03
Filed under: vendería mi billete interestelar

No somos un producto superior del Cosmos que con su desmedida inteligencia escapará al destino universal, somos cobardes que huyen barriendo bajo la alfombra el destrozo planetario.
(del guión de «Vendería mi billete interestelar«)