Aquaria ben Laden


Los corazones scrtos

reclamo las armas sin filo que cargas encima
tu amor y tus sueños, tu calma, tu risa
convoco tu olor preferido
las caricias que no se olvidaron
la blancura de tu anhelo puesto al sol

invoco a la esperanza que te esponja
al fuego que te arrebata
al ánimo que te alimenta
a aquello que ves si cierras los ojos

te pido la magia del gesto diario que nunca tenemos en cuenta
clamo por el rubor acuático que te estremece
por la doble luna que te ilumina
por la imposible ternura
en la que te sueles mecer

reclamo también tu cara’ntre las nubes
la firmeza en el pulso de hacer carantoñas
quiero aquí, junto a mí, tu regalo más dulce
tu dulce regazo, tu cielo más limpio
el tacto feliz que anida tu cuerpo
la fuente remota de tu corazón
+ scrto

(leído ayer noche en el 3er slam poetry de Zaragoza, junto a esto, esto y esto. De premio, un cerdito-hucha de color verde y un corazón de papel muy poético)



Yo tengo tres corazones

A mí no me afligen penas.
Yo tengo tres corazones:
uno pa’ que vaya y venga
y otro pa’ que lo aprisionen
y otro pa’ que tú lo tengas.

(Fandango popular)

Al cante, Paco Isidro:



tierra fértil

hay una esponjosa llamada al reposo en cada hombro
y un cálido y líquido remanso del flujo en cada cabeza que queda apoyada.
los caminos que llevan a casa de azul como el cielo.
una oscuridad primera.
hay un desorden cubierto

hay un origen declarado de la vida vegetal en nuestra vida.
hay un largo sembrar y zanjar y herirse a la tierra el grano y la paja,
el fruto que duerme como ojo cerrado,
el olor penetrante y menudo del llanto del bosque asomando a los ojos,
la tierna verdura del brote que empuja un hundir,
un separar,
un esperar,
la húmeda oscuridad primera,
el sitio exacto,
la tierra fértil

un impulso vegetal, un quehacer campesino, el contacto con animales.
ciertos rastros de memoria en las grietas de las palmas de las manos,
como el crujir original de la envoltura de la tierra,
el tacto del manto a pequeños granos.
la primera caricia del sol. su sabor en el hombro.
la mejilla que casi se apoya. llegar hasta el sol hecho esencia,
el peso del sol, el sudor y la sal,
el sudor en el resto del campo,
los frutos primeros, de sobra tempranos,
el peso del fruto, los hombros,
el dulce castigo del ciclo y el polvo en los ojos,
la mano en la frente y vaivenes del mar en el campo

la mano agrietada,
sembrar,
convivir, el sudor del campo.
el vaivén de nuestra frente de amapola.
un origen vegetal adormecido,
una búsqueda de fuentes, compañeros,
nuestra sola aterida raíz al desnudo,
descubrirse,
detenerse,
mirar en torno:
un llanto de bosque, una espiga cerca,
un abrazo vegetal, inseparable;
la húmeda oscuridad

hay en cada cabeza que se apoya sobre un hombro una cálida y húmeda oscuridad primera,
un azul de caminos de agua que saben a casa y a cielo.
hay en el origen vegetal de nuestra vida un largo coger y sembrar y crecer y torcerse y llegar hasta el fruto que duerme.
hay una herida de la tierra sobre cada corazón apedreado.
hay la verde ternura del llanto del bosque cuajado de escarcha en cada pupila,
y el rastro de grieta en las manos.
pero hay, sobre todo, un remanso, un impulso, una espiral,
un crecer el cuerpo al cielo,
un saber de la tierra en el centro en que rozamos
una oscura humedad primera,
la nueva semilla,
la tierra fértil

[según esta entrada anterior, el poema sonará en El zorro esta misma noche. Fue compuesto para la apertura de Tierra fértil, espacio que tan dulces momentos me ha ofrecido]



elenco no exhaustivo de lugares para mostrar los corazones secretos
8 febrero, 2011, 15:59
Filed under: los corazones scrtos, todas las palabras saben dar vueltas

en la ortodoncia
en el último piñón de la bicicleta
en un dedo que hace autostop
sobre la piel rajada del djembè
bajo el cielo de la manta
en la receta de la ensaladilla
sobre la lumbre
en salva sea la parte
de vez en vez
en ninguna documentación
en el fango del arroyo
en el forro del abrigo
por debajo de la mesa
en terreno descubierto
en el hueco de la mano
en la cuerda de tender
en la junta de la trócola
en ningún collar
en la maleta del viaje
tras las señales horarias
al grito de buenos días
en la elección de un color
entre líneas
en el sitio de las cosquillas
en la punta de la lengua
en un corazón de fieltro
entre col y col
a la fresca
en un eslabón de la conga
en el tiesto de la ventana
sobre la camiseta de la suerte
en una mueca procaz
en una pista de patinaje
en el punto más débil
en el próximo aliento
.
.

desde este pequeño vacío al final de los versos

.



el rojo de las cerezas

puesto que nada perdura
(salvo el rojo de las cerezas robadas en el camino)
las historias te esperan abiertas
como un hueco entre las manos
(como un puerto abandonado)
y aunque no pueda ser yo quien te convenza de la tuya
(de la historia del mundo en las palmas de tus manos)
sin pudores te empujo a leerte las líneas
taparme la cara
cubrirnos de arena
vivir con la piel
con la sangre hacia fuera
con el polvo de todas las tierras bajo tus uñas

y si aceptas la invitación, no está de más que hables alguno de Los idiomas comunes



Corazones scrtos – doble ración

:: me lo pidió él, ‘déjame en paz’,

y después ya era tarde para trazar
la misma caricia de otras veces.
así que dormimos ofreciéndonos la espalda
como tapias a punto de desplomarse
con las luces encendidas para que no se perdiese
el pepe grillo de la mala conciencia
y dejando en paz todas las treguas, los gestos

tanta sangre nos bebieron los mosquitos
que a la mañana siguiente guardaban en ellos todo el rencor
y nosotros los miramos divertidos darse tumbos

::

:: pero claro que teq…..

no seas boba
empieza por levantar la barbilla
y dejar que te miren a los ojos
ahora mismo te me secas
las lágrimas con la manga
tira hacia arriba con la nariz
me devuelves
la sonrisa
y a otra cosa
mariposa
y alza el vuelo
y a vivir

(de lo bueno, con corazón, ración doble)



yonkis

en mis tiempos de colegio
los campos comenzaban detrás de la valla
a la salida de doce

eran tiempos de los yonkis de heroína
por los descampados
limones y más limones
y la sangre en los labios
de tanto como los chicos nos peleábamos

en los tiempos de la infancia,
cuando se forjan los seres mitológicos,
yo buscaba entre chatarras de la cientoveintisiete
con las manos escarchadas
frutas amarillas

:: estoy aquí
no te pierdas
dame la mano

como si alguien te viniese a buscar
a la salida del cole



más alas

las golondrinas les dicen a los gorriones
SAL DE LA PISTA, TURISTA
y lanzan sus rápidos giros de doble tijera
sobre hierba apenas cortada
a ver lo que salta

el resto de esta ladera
agoniza de calor
y hasta dos petirrojos aventuran un baño

yo he marcado de sol un lugar a las pecas
un lugar donde quiero que dejes tus besos

me alimento de ti boca a boca, como las golondrinas
y a igual ras de vuelo

(otro poema con alas porque las necesitamos para escapar de este ocaso. Formó parte del repertorio Don naide en Los corazones scrtos)



Marco Polo y las ánimas
30 septiembre, 2010, 19:38
Filed under: citas, los corazones scrtos, todas las palabras saben dar vueltas

Marco Polo me puso sobre la pista de lo que estaba buscando, los corazones scrtos, con esta cita:

«no comen en escodillas ni en tajadores, mas sobre hojas de mançano de Paraíso o otras hojas secas e non verdes por manera alguna, porque dizen que las hojas verdes tienen ánima; e duermen desnudos en tierra como se hallan».
Capítulo CXVIII, sobre el reino de Maabar.




Preferencias alimenticias

De los alimentos terrestres,
la nuez.
De los celestes,
el fruto que tu mano ha desgajado,
el pan duro del amor.