Filed under: cómo llegué a..., ser Aquaria ben Laden, tin sítulo, todas las palabras saben dar vueltas
Allá ellos con sus muros de una pieza y sus límites inamovibles, con sus porras forradas de certezas, con sus máquinas de guerra y sus ojos sin amor. Allá ellos con los gritos de sus coches, con la angustia de sus noches y esa pasta gris de toma y traga que se ha hecho habitual. Allá ellos con el fin del combustible. Allá ellos con sus parques sin pájaros. Allá ellos, con el terror en sus narices. Allá ellos y los dogmas de su fe. Es ya clamor popular: a quien le guste mandar que se compre un circo y que lo arruine. Y al que especula, aceite de ricino. Y al que usura, nada de trigo. Y al cruel, espejo en que se mire. Y al matón, pared de piedra. Y al cretino, bomba de hinchar.
Al que miente, la pulga del perdón. A nosotros, a quienes ni navaja ni codicia, a nosotros, profundamente, un guiño, una mano, un hombro: lazos generosos y fértiles hacia este mundo nuestro, intenso, flexible y vulnerable.
hacking reality número 0 (de próxima aparición)
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