Filed under: cómo llegué a..., EscribirSeNos - taller, ser Aquaria ben Laden
Un antiguo ejercicio de terror circular.
Cerró los ojos y respiró lo profundo que pudo
en un intento por dominarse y apartar la mirada del agujero oscuro como el fondo de sus párpados. La llama osciló al tantear con el pie el primer peldaño. Sin luz estaría perdida, tropezaría, resbalaría en un filo gastado, caería hacia el hueco oscuro donde gime un frío espeluznante. Continuó el ascenso, la cabeza girando con tanta revuelta, como en un sueño de caracol, tirando, silbando de ojos y luz y el deseo de caer, de arrojarse a la corriente que ascendía por el hueco. Sacudió la cabeza alejando sombras: “no soy una niña no soy una niña no soy..”, cada avance y el peso del cuerpo anunciando que cae mareada por momentos. Aliento de oscuridad en la nuca, subiendo del pozo, tirando hacia el hueco. La llama que tiembla de nuevo, que casi se apaga. El oído que zumba con llanto de niño, hilos de una sinfonía, pasos que la están siguiendo. Se pasa una mano tan fría y sudada, y tiembla y tropieza y se pierde la vela. “Ya llego”, lloraba, “lla yego ya yego”, gritaba y se hiere de bruces.
Tanteó hasta que sus dedos se enredaron en el cabo de una vela. La encendió. Cerró los ojos y respiró lo profundo que pudo
en un intento por dominarse y apartar la mirada del agujero oscuro como el fondo de sus párpados
Deja un comentario so far
Deja un comentario
Aquaria ben Laden 