Filed under: cómo llegué a..., coserle su zombra a donnaide, enanos morales, ser Aquaria ben Laden
las diez?
las diez en los campanarios vivos de esta ciudad:
los reclutas de permiso
ya estarán dando palizas,
reventando las basuras,
buscando algún chino abierto…
tengo que encoger los hombros
para no echarme a llorar cuando me acuerdo
y decir que no me importa
que al muchacho le decían
desgraciado hijo de puta,
pero a mí me miraba y sonreía.
para empezar los insultos
y después bofetadas,
puñaladas
nos llevamos por delante, yo entre ellos,
diecisiete primaveras porque sí
El título de esta entrada es también el título de un tema creado con Don nadie para el espectáculo Vivisección en directo del alma. El poema mezcla varios recuerdos de los que ya he hablado en diferentes recitales, teniendo buen cuidado de no dar nunca pistas que desvelen todo el asunto, aunque no, no he matado a nadie, ni a solas ni en manada. Sí que he visto, sin embargo, hordas de reclutas (y de cadetes) recorrer Zaragoza con evidentes signos externos de exaltación facha, y alcohólica, y con otras euforias. También he visto, que es a lo que vamos, cómo en el paraje desierto que es la calle Alfonso un domingo invernal hacia la hora señalada, varios pelaos arrinconaban y apaleaban a alguien que no llegué a ver más que como bulto (y también oí cómo se quejaba, no había vuelto a oír los gritos hasta hoy). Lo que tiene ser sede de una Academia general militar, orgullo de catetos y violentos varios. Otro día cuento cómo los colegas del colegio, en el último año, buscaban gresca en la zona, para cerrar esta primera parte del poema.
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