Filed under: a escena, cómo llegué a..., ser Aquaria ben Laden, todas las palabras saben dar vueltas
Otra entrega de las adaptaciones de textos hechas para el recital de REAS (ver entradas anteriores) que se suspendió por lluvia (aunque yo me esperé a que escampase para soltar al menos un par de sentencias hacia las cuatro de la tarde, otra hora insólita):
Tal vez lo que el capitalismo nos dice, lo que vocea a tan alta voz, sea respuesta para una pregunta que nadie se ha hecho o que ni siquiera existe. Tal vez lo que se llama progreso sea sólo andar en círculos, ahondar la grieta por la que nos colamos en esa agonía tan posmoderna que sólo se acalla con televisión, o marchando en manada a comprar al Ikea.
Y los veo comprar y comprar,
pero siguen igual de vacíos,
por más prisa que se den
esas colas de muertos en vida que nunca se acaban,
del cine a la fila del súper.
Y una variante sobre el mismo tema sueco, con cita de Pilar Fraile Amador incluida:
Los golpes que nos infligimos a través de este paisaje del desarrollo con el que nos rodeamos en un exceso de confianza y mirarnos el ombligo, más pronto o más tarde presentarán sus credenciales, con cargos y factura. Uno va tan contonto a comprar al Ikea y cuando dos horas o tres días después acusa el impacto del pinar arrasado para asentar semejante engendro de metros cuadrados, el de la extrema presión consumista, y el de su hilo musical para dementes, se pregunta qué será,
de dónde viene,
esta sensación de soledad como un plato congelado,
esta jaqueca migraña que sólo se marcha con televisión.
Y uno, es triste, pero no se da respuesta
Respuesta: en Zaragoza, fueron 60 las hectáreas de pinar agraciadas con el honor de ser arrasadas para asentar el monstruíto.
Y el por qué de la inquina contra este tipo de establecimientos, y otros porqués igualmente interesantes, en consumehastamorir.com (por ejemplo).
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