Filed under: letra de encargo, todas las palabras saben dar vueltas, traducciones de ajenos por aquaria
Idda es un poema de Biagio Guerrera que traduje del siciliano al castellano por encargo de su autor. En agradecimiento, me regaló un taco de libros de poesía italiana que todavía desvelan sorpresas varios años después (entre ellos, las poesías completas de Eugenio Montale [delicia]).
Ella
Cuando yo la volvía a encontrar
que conmigo había estado tantos años
casi no me respondía
como si aún la tuviese tomada conmigo
después que me acompañó por tantos años
O quizá la vista, la vista que ya
no veía tan bien y no nos oía tan bien como en tiempos
Cuando hablaba con ella
intentando recordar historias
historias antiguas
intentando como excavar,
ella no quería
como si ella no me conociese
como si ella no supiese nada o no quisiese saber nada de mí
Ella me decía apenas
no lo recuerdo ya no sé nada
no lo recuerdo
¿qué quieres? yo no veo no oigo ¿qué más quieres?
no te basta esta amargura
esta vejez, esta amargura
Ella que hablaba despacio despacio
como si tuviese todo el tiempo
Ella vieja
y siempre despacio había caminado
Ella decía siempre: ¿dónde vas? ¿por qué?
¿qué vas a hacer?
Yo me tengo que ir a dormir tengo que ir
¡oooh! más vale aquí que vete a saber dónde
Ella. Ella quería coser
Ella quería coser todo el tiempo
cosía la colcha de abrigo
Ella decía que la colcha siempre ayuda
que cuando se echa el frío mejor la colcha mejor que dormir con frío
Ella. Ella quería dormir
Ella. Ella quería dormir
pero yo lo sabía que nunca dormía
que ella quería dormir pero no conseguía dormir
era así que cosía la colcha pensando
que podría dormir con la colcha cuando hiciese frío
Ella pensaba: así que cuando haga frío yo podré dormir
pero ella no dormía con el frío ni dormía con calor
Ella siempre miraba al cielo
siempre
como uno que perdió toda esperanza
Ella miraba hacia el cielo mas no se perdía
tanto más ella miraba y tanto más deseaba dormir y no podía
por entonces yo estaba con ella la mayor parte del día
ella me hacía estar bien de una extraña manera
ella me engatusaba de una extraña manera
ella me estrechaba a sí de una extraña manera
ella me inducía a dormir de una extraña manera
yo dormía pero ella no
Siempre que me despertaba la encontraba con ojos enormes mirando al cielo
ella quería que yo me durmiese como si me durmiese por ella
como si el sueño que hiciese fuese el sueño de ella
como si mi tiempo fuese el tiempo de ella
y yo me sentía enredado de una extraña manera
como si yo quisiese correr, jugar, buscar un trabajo y ella siempre
me llevaba a dormir
Ella. Ella que jamás dormía.
Ella envidiaba a la gente que moría
como si aquellos pudiesen dormir todo el tiempo
Ella. A ella le entraban celos de este sueño que no tenía, que nunca
podía tener
y cosía la colcha pasaba el tiempo.
¿Cuándo pasaba ese tiempo?
Tan lento, tan lento que uno dudaba que el día pudiese llegar al
oscuro dudaba.
Ella. A ella le gustaba.
No a ella no le gustaba nada.
No ella no quería nada.
Sólo dormir quería pero no podía.
y todo ese tiempo mirando estrellas de noche
mirando hacia el cielo. Sin esperanza.
¿Cómo lo hacía? ¿Cómo podía estarse todo ese tiempo? Sentada, cosiendo,
sin apenas comer, sin apenas beber,
sin apenas saber de la vida
Sólo, sólo este deseo… ella, ella,
ella me quería incluso a mí
No resistí más no resistí.
desde entonces la tuvo tomada conmigo;
Como si ella pensase: fue él.
Yo podía dormir por él, pero él se ha ido
Él se me llevó el sueño;
Él fue, él fue.
Porque ella no podía dormir por sí misma;
Ella me quería para dormir
y yo no resistí más y me fui,
me fui a buscar un trabajo.
y ella me decía: malnacido, malnacido
que te me llevaste el sueño;
ven aquí, duerme, duerme
que aquí está la colcha de invierno,
cuando hace frío;
Duerme, duerme
Ella me quería para dormir
Ella. Ella;
y de todo el tiempo que pasé,
de todo el enorme tiempo que pasé,
siempre pienso en el cielo hacia el que ella miraba.
y si yo dormía por ella,
ella era como si mirase el cielo para mí
y yo que siempre corría, que siempre quería correr,
de vez en cuando me fascinaba ante el cielo;
Ella no. Ella miraba desesperada.
Pero yo me perdía, me perdía
a mí esas luces me confundían
con lo oscuro de la noche me perdía.
Ella. como si ella mirase por mí.
Yo también si no dormía, cuando no estaba.
Yo después de tantos años.
Cuando como por milagro el cielo volvía.
Yo siempre pensaba en ella que siempre hacia el cielo
miraba desesperada.
Que siempre del cielo se estaba acordando desesperada.
Este cielo grande, donde yo sólo perderme podía;
Este cielo grande, grande… donde quizá allá,
quizá allá hubiese querido dormir. Aquí no.
Allá hubiese querido yo dormir,
yo allá me perdía, me perdía al mirar.
Ella siempre me decía:
ven aquí, ven aquí, duerme,
duerme, no pensar, no pensar nada.
Duerme.
Ella me cantaba una canción,
una canción sin palabras.
Solamente una música dulce para adormecemerme.
Triste, tan triste que yo no creía que pudiese existir tal que así triste,
triste.
Ella. Ella me quería para dormir.
Ella. Ella me buscaba sólo a mí para dormir.
Otros lo intentaron otros. Pero ella no.
Ella me quería a mí. Ella me quería a mí
para dormir.
¿Qué tenía que hacer? ¿qué tenía que haber hecho?
Yo allá la dejé. Allá, allá.
Yo no la quería, yo no la quería ya,
yo a ella ya no la quería
Yo me quería ir me quería.
Yo no quería dormir más no quería;
Yo quería… yo quería salir a la calle, caminar.
Yo quería… yo quería hablar con la gente.
Yo quería buscar un trabajo.
Yo quería una mujer.
Yo quería el cielo. Yo siempre quería mirar al cielo.
Yo siempre quería mirar hacia el cielo cuando es de noche.
Yo me quería perder.
Yo ya no quería saber quién era.
Yo me quería olvidar.
Yo quería perder hasta el nombre.
Yo quería tener tantos nombres.
Un nombre cada día nuevo.
Yo quería olvidarme la casa.
Yo quería tener muchas casas.
Una casa cada día nueva,
un trabajo cada día nuevo.
Yo quería andar por la calle
y encontrarme gente.
y me gusta a la tarde el vino,
me gusta cuando miro estrellas
Me siento cálido, me siento ínfimo,
me siento que ya no me siento más.
Como si ya nada fuese.
Como si fuese el viento,
viento que se pierde, que no sabe dónde va,
que revira por la tierra.
Viento que corre.
Cada tanto se reposa, cada tanto.
Cada tanto se bebe un sorbito de vino,
cada tanto.
Cada tanto roba alguna cosa.
Cada tanto juega, juego con los más pequeños, juega..
Yo quería ser el viento
en libertad como el viento.
Ella no quería.
Ella me quería para dormir.
Yo no quería. Yo ya no quería dormir todo el tiempo.
Ella no supo, no supo aceptar esta cosa.
Ella no quiso, no quiso aceptar esta cosa.
Yo se lo decía. Se lo decía con estas palabras,
que quería ser como el viento.
Ella no quería. Ella decía:
¿dónde tienes que ir? ¿dónde tienes que marcharte?
Un esclavo eres. ¿Dónde vas? Un esclavo eres.
Duerme, duerme. Cuando duermes eres amo, amo eres.
y ella cosía la colcha
así decía cuando haga frío
tu duermes aquí.
Duermes tú, duermes.
Ella, ella no podía entender.
Ella, ella no quería entender.
Ella, ella era mujer, era diferente.
Ella era oscura, oscura negra como carbón.
Yo me marché;
Yo me marché.
Yo me marché.
Ay![suspiro].. mi querida y odiada Sicilia. ‘dita sea!
(en la imagen, emma scialfa en «la muta», performance de danza con música en directo)
Deja un comentario so far
Deja un comentario